martes, 31 de diciembre de 2013

Feliz año

Feliz año mi pequeñajo. ¡Cómo te gusta la fiesta, y cómo te resistes a acostarte!

Cada año tuyo, cada vez será mejor, y por lo tanto el mío, pase lo que pase, será mejor.

Mañana 2014.

Papá

Intensa Navidad

Bueno. Tanta actividad casi no me ha dejado ni fuerzas ni tiempo para escribir.

Hemos pasado una semana donde los abuelos de pucela y ha sido un no parar.

Ya no sólo andas con soltura, si no que te pones de pie tu solo aun apoyarte en ningún lado. Hablas sin parar cuando estás contento y cualquier cosa te sirve para hacer de teléfono y llamar a la yaya a gritos.

Cuando tienes sueño por la noche y cuando tienes hambre durante el día, nos agarras de la mano a uno de los dos y nos llevas hasta tu trona.

Bailas solo con la música de tus juguetes, te agarras a mi pierna cuando ves que voy a salir a la calle para que te lleve, encajas las piezas en su sitio en los juguetes, empiezas a comer solo con tu cuchara... y por todo esto a la vuelta de las vacaciones subes de curso.

Hoy ya has visto tu primera película de dibujos animados sentado con nosotros, un buen trozo.

El tiempo pasa demasiado rápido, y tu creces mucho. Ya tienes triciclo y moto, y das patadas a un balón....

Dentro de unos días visitaremos a la yaya de la playa, y los cambios volverán a afectarte, pero lo pasaremos bien y veremos el mar, y te explicaré cosas que la última vez no pude.

Papá

jueves, 19 de diciembre de 2013

Supervisión

Una de las obsesiones de padre (y aún más de madre), es estar alerta cada segundo para que no tengas una mala caída, no alcances a coger lo que no debes y no toques aquello que quema.

Desde que te desplazas de manera autónoma por la casa, los cinco sentidos de tus progenitores deben estar pendientes de ti.

Pero también debo decir que últimamente, gracias a que andas con mucha soltura y ya has recibido los correspondientes avisos de dónde debes y dónde no meter tus deditos, estoy más relajado cuando compartimos las tardes tú y yo (con Tango, claro) en casa.

Puedes estar jugando en el salón con tus cosas o moverte con el andador o cualquier caja por el suelo sin que yo deba levantarme del sofá. Incluso hay veces que doblas la esquina camino de la cocina, y, si me he preocupado de dejar la luz pagada, lo normal es que te escondas en la puerta unos segundos y aparezcas riéndote después de que te llame.

A no ser que esté tu madre arriba, ya no subes las escaleras gateando a ver si te pillo, si no que escalas el primer escalón, te llamo, me miras, te das la vuelta, te sientas, cuelgas los pies, y, controlando el balance de pesos, te levantas sin apoyarte y sin poner las manos en ningún sitio.



Por supuesto papá aplaude, tú te ríes y vienes corriendo a que te de un abrazo de celebración. Bueno, hay veces que repites la operación tres o cuatro veces antes de celebrarla.

Papá

martes, 17 de diciembre de 2013

El día de la función

Mañana es un gran día. Mamá y yo vamos a verte a la guarde porque tenéis preparado algo para nosotros.

La verdad es que no te imagino quieto y sentado siguiendo las indicaciones de tu profe mientras nosotros estamos allí. No se si estaremos escondidos o algo así.

Viendo la actividad que tienes los últimos días, sobretodo de ocho a nueve y media de la noche, me temo que vas a romper la formación varias veces.

Pero llevaremos cámaras para que podamos guardar este momento. Supongo que después, cada año, le haremos menos caso a estas grabaciones, pero ahora para nosotros todo lo que te rodea también es nuevo y cada progreso que haces nos produce gran fascinación.

Vuelve a ser un gran momento para que nos toque la lotería y nos dediquemos a ti en exclusiva, como la chica de la que hablaban el otro día en el periódico.

Papá.

lunes, 16 de diciembre de 2013

La lavadora

Una cosa te quiero decir.

La lavadora esa que tanto te gusta, esa de la que abres y cierras la puerta 50 veces al día, a la que te asomas y gritas dentro por si hay alguien, y en la que has empezado a meter parte de tus juguetes porque te gusta el ruido que hacen al caer en el tambor, esa misma, nos ha costado una pasta.

No digo que no sea divertido, que no lo hagas con cuidado y todo eso. Pero creo que el ingeniero alemán que la diseñó no pensó en el uso que tú le das para que aguantase el tiempo que pone en la garantía.

Afortunadamente sí puso un bloqueo a los botones táctiles cuando está en marcha, pero no se le ocurrió inventar un mecanismo más difícil para abrir la puerta cuando está parada; algo que un mocoso como tú de apenas un año no abra con tanta facilidad.

Sé que es espectacular, sobretodo cuando está en marcha y centrifuga, o cuando intentas tocar los botones y las lucecitas y protesta con un pitido avisando de tu intento de sabotaje.

Pero cuídala, por favor. Que la elegimos así de bonita para cuando arreglemos la cocina.

Papá

viernes, 13 de diciembre de 2013

La luna y Muú

Es fascinante observar qué cosas te atraen y te gustan y que cosas no.

Cuando empezamos a darte de comer en la trona, ya hace muchos meses, buscamos todo tipo de entretenimientos para que no protestases. Ahora eres capaz de comer casi sin nada, si tienes hambre, e incluso aguantar ahí sentados mientras comemos nosotros, si compartimos contigo y tú con Tango, claro está.


Uno de los descubrimientos que hicimos que te gustaba mucho era que yo hiciese que un muñeco pequeño de goma con forma de vaca, corretease por la mesa, se escondiese entre los vasos y apareciese de repente por debajo de tus piernas gritando muuuu. Aún te vuelve loco y te ríes a carcajada. Muú hace malabarismos, se pone sombreros, se esconde debajo de las servilletas e incluso sopla a Tango en el morro si se acerca mucho.

Otro elemento que ha captado tu atención últimamente es La Luna. Cada vez que salimos de la guarde por la tarde, ahora en invierno, que casi es de noche, la buscas en el cielo. Y cuando la ves, te quedas mirando fijamente y sueltas uno de esos monosílabos tan significativos: ¡eh!.

Y así todo el camino a casa. Cada vez que doblamos una esquina, la buscas. Os miráis, y a saber que os decís.

Me gusta esa parte. Es una buena amiga. Me encanta que te fijes en esas cosas.

Papá

miércoles, 11 de diciembre de 2013

La Navidad

Te estarás dando cuenta que algo pasa estos días. Y lo verás más acentuado en las próximas semanas.

Verás que esto que sucede se vive de manera diferente en cada lugar donde pasas las horas de tu vida: en la guarde, en la calle, en casa, dentro de unos días en casa de unos y otros abuelos.

Lo llaman Navidad, y básicamente consiste en poner decoraciones que no quedan bien el resto del año, con cosas brillantes y luminosas, y comprarse regalos los unos a los otros.

La principal diferencia que verás es que en casa lo de la decoración "especial" no nos hace mucha gracia, pero ya se encarga la tele de forzarnos a ello desde la pantalla.

En tu guarde ya han hecho un amplio despliegue al que nos han invitado a colaborar, y dentro de unos días asistiremos a una "actuación" tuya con tus compañeros.

Papá ya ha conseguido cargar la cámara de vídeo.

Algo así merece algo mejor que un vídeo grabado con un teléfono móvil.

Papá

martes, 10 de diciembre de 2013

Semáforos

Te llaman mucho la atención las luces en la calle. Las de los coches y autobuses, pero sobre todo las de los semáforos.

Parpadean, cambian de color, y algunas incluso tienen un sonido que las acompaña.

Cuando volvemos todos los días de la guarde, papá te enseña que hay que esperar a que desaparezca el monigote rojo y salga uno verde para cruzar.

Eso que llevamos aprendido para el futuro.

Cuando seas algo más mayor, te llevaré a conocer al Ampelmännchen.



Papá

lunes, 9 de diciembre de 2013

Discursos

En los últimos días hemos vivido varias veces la misma situación: normalmente estás de pie, recto, levantas una mano, te pones serio, y empiezas a pronunciar un discurso, en tu idioma, que te lleva varios minutos y que repites en sus distintas partes porque te parece que no te hemos entendido bien.

Predominan las "aes", las "es" y las "y griegas", pero podría asegurar que las construyes sintácticamente, con sus verbos, sujetos y predicados, separados oportunamente por sus comas y puntos pertinentes.

Como te dije algunos días, es lo que viene. Ya circulas por la casa libremente, y tu siguiente reto es la comunicación fluida.

A la espera estamos, dispuestos a mantener grandes charlas contigo y nos expliques tu punto de vista del mundo que te rodea.

Mantendremos las cámaras cargadas.

Papá

PD: no sería capaz de encontrar una foto que supere a este vídeo para documentar esta entrada.


PD2: Y ya de paso, homenaje a tu gran amigo Tango.




domingo, 8 de diciembre de 2013

Tarde bipolar

Lo pasamos bien, corriendo, riendo, jugando, cantando...

Y sin embargo llega la tarde y, ya sea por los dientes o por el cansancio, estás irritable. En cuanto te llevamos la contraria mamá, yo o cualquiera de tus juguetes (si alguno no hace lo que tu quieres que haga), te tiras al suelo, gritas y te estiras golpeandote la cabeza contra el suelo.

Yo creo que sabes que mañana es lunes y no te apetece nada que acabe el finde.

Te entiendo. Papá.

sábado, 7 de diciembre de 2013

Disfrutando del parque

Ha sido nuestra primera visita seria. Habíamos pasado por allí pero nunca expresamente a jugar.

Esos columpios con asiento trona están muy bien, y poquito a poco le coges el gustillo al balanceo.

Bajamos varias veces por el tobogán y eso si que te encantó. Te echaste unas buenas risas.

También habia motos y animales sujetos con un muelle, a los que te puedes subir para cabalgar. Estos te quedan un poco grandes.

Pero lo que más disfrutas, como en todos lados, es estar con más gente, niños y mayores. Observas y aprendes continuamente.

Y es una suerte. Porque papá y mamá compraron una casita en un barrio lleeeeeeno de parques para niños.

Papá

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Déjame solo

Siguiente paso (nunca mejor dicho) en tu aprendizaje.

Ya van un par de días que, al verte confiado paseando por la calle, has insistido en soltarte de mi mano. No ha durado mucho, y yo intencionadamente te llevaba agarrado de la capucha. El terreno no es tan liso como el de casa y no está precisamente limpio como para frecuentarlo.

Es divertido. Aunque hay demasiadas bajadas que te hacen acelerar la marcha peligrosamente.

Te llama mucho la atención cruzarte con alguien y que no te diga nada. Te paras. Le miras fijamente, e incluso haces intención de seguirlo.

Sospecho que nuestros paseos de vuelta a casa cada vez van a durar más y más.

Afortunadamente, de momento, sales cansado de la guarde y pides brazos al rato.

Papá

martes, 3 de diciembre de 2013

Manipulación

Ya empiezas a dar señales de intento de manipulación. Como hemos estado muy pendientes de ti en tus primeros pasos y en la pesadilla de los dientes, ahora sabes que ponerte a llorar o protestar significa que vamos a tu rescate.

Pero cuando lloras de mentira, no resultas convincente.

Te caes de culo en medio del salón y no te da la gana gatear hasta la pared para levantarte solo. Nos miras, y protestas. Como no te hacemos caso, empiezas a mover las manos alrededor de la cabeza. Pero eso que haces parecido a llorar no te termina de salir muy bien.

La prueba está en que te hacemos alguna tontería y te ríes.

Es más. Si quieres hacer algo y te decimos que no "n" veces (las que haga falta, te aviso, es una casa de cabezotas), utilizas el mismo método.

Mamá y yo vamos a intentar que no llegues a protagonizar una de esas rabietas de supermercado que tanto se ven, pero bueno, estamos empezando.

Cuando seas mayor y leas esto entenderás el proceso por el que vamos a pasar para que no te salgas con la tuya. Cuando no tienes razón, claro está.



Te reirás, espero.

Papá

lunes, 2 de diciembre de 2013

Comiendo cocido y bailando rockabilly

Ayer quedamos con amigos de Pucela para ir a comer cocido a un sitio clásico de Madrid. El día antes habíamos estado con tus abuelos comiendo en un sitio con ambiente Rockabilly -Grease-delos60americanos.



¡Y cómo te lo pasas!.

El sábado te despertaste al entrar en el local, y te volviste a quedar con todo el personal. Reías y bailabas al ritmo de la música y te pusiste hasta arriba de patatas y todo lo que por allí pasaba.

Ayer, te enganchaste a la sopa de cocido y a las salchichas. Los garbanzos te gustaron menos, pero el resto mucho.

Por supuesto hiciste amigos de otras mesas y te diste unos buenos paseos.

Y eso que fuimos sin trona. Sentado con los mayores (cuando te quedabas sentado, claro)

Papá

domingo, 1 de diciembre de 2013

Comunicación

Una vez encaminado el tema del desplazamiento autónomo, tu próximo reto parece ser mejorar la fluidez de la comunicación.

Tu repertorio hasta el día de hoy incluye

-"Papá" más o menos, pero aún no vemos claro si en el momento que lo dices te refieres a mi.
-"Mamá" especialmente cuando te cabreas
-"Eh!" Para llamar a Tango, y cualquier otro perro con el que te cruces.
-"Agua" o algo parecido. Esto está claro y funciona.
-"Bibi" creimos entenderte ayer. En cualquier caso, si no te hacemos caso, nos llevas de la mano hasta la trona, y pides que te subamos.

Que sepas más castellano que mucha gente inglés en este país. Y pronto superaras en castellano a los que salen en Tele5 y MTV.

Ya lo entenderás.

Papá

viernes, 29 de noviembre de 2013

Tienes una cuna preciosa

Si yo te entiendo. Sé que cuando estás malito, se pasa mejor y se consigue dormir antes si están papá y/o mamá pegaditos a ti.

Además, la cama de papá y mamá es más grande, no llegas a los bordes, y cuando despiertas por la mañana juegas inmediatamente con nosotros.

Pero en serio, tienes una cuna preciosa, que ya la quisiera Tango para sí mismo (otro que parece que no tiene cama, porque no he visto yo a ningún perro con cama king size, manta, sábana y tres almohadas y se empeñe en subirse a la de los demás).

Esperemos que el temita de los dientes se vaya terminando y que no necesites beber agua cada 20 minutos entre las 3 y las 5 de la mañana en breve, porque el chupete sabes ponértelo sólo, si lo encuentras, y no lo has tirado a la otra punta de la habitación.

La nuestra es una cama de dos. La tuya de medio, como tú, así que utilízala, por favor.

Paso de hacer lo que tuvo que hacer este pobre hombre.

Papá

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Un viaje continuo

Muchos de nosotros, los que pronto llamarás "los mayores", aseguramos que el día que nos toque la lotería nos dedicaremos una temporada a viajar por el mundo. De manera continua.
Eso es lo que creo que tú estás viviendo ahora. Todos los días vives algo por primera vez. Todos los días ves algo que no habías visto antes. Oyes sonidos nuevos, pruebas nuevos sabores. ¡Lo tuyo si que es una verdadera aventura!
Y me consta que la estás disfrutando.
Tu cara de sorpresa cuando hacemos un juego nuevo que te gusta y cómo provocas para que lo repita es similar a la nuestra cuando vemos una maravilla de la naturaleza o, más rara vez, de la creación del hombre.
Y no te preocupes; ya hago yo las fotos de tu viaje por ti.
Papá.

martes, 26 de noviembre de 2013

Gracias por enseñarme a tener paciencia

Una de las cosas que más te sorprenderá del sitio donde vivimos, y de la manera en que lo hacemos, es que la gente tiene muy poca paciencia.

A mí también me sorprendió, hace un montón de años, cuando me vine a vivir aquí, pero al final acabas atrapado en esta manía y estilo de vida.

Tienes que desplazarte de punta a punta, en el trabajo te exigen el 100% de rendimiento, y cuando llegas a casa tienes mil cosas que hacer para poder vivir de una manera ordenada, y no agobiarte el fin de semana con todo lo pendiente. Y como ves a menudo, no lo conseguimos casi nunca.

Ahora contigo dedicamos el tiempo que sea necesario para hacer las cosas. No sirve de nada correr para darte de comer, para acostarte, para jugar... tú marcas el ritmo. Y lo haces con el único criterio que los demás deberíamos aplicar a nuestras actividades diarias: me apetece hacerlo así.

Cuando volvemos de la guardería y llegamos al comienzo de nuestra calle, te bajo al suelo. Agarrado a mi mano, vamos avanzando despacito calle abajo. Paramos de vez en cuando a mirar un árbol o una hoja en el suelo. A veces tropiezas y hay que levantarte. Ayer tiraste el cuento que te habían regalado porque ya no te apetecía cargar con él más tiempo, eso sí, según pasábamos un paso de cebra y nos esperaban los coches para continuar.

Las cosas llevan el tiempo que llevan, sobretodo si se hacen por gusto y no por obligación. Antes, caminaba por ahí para llegar a casa. Ahora, paseo contigo. Y no hay ninguna prisa.

Papá

lunes, 25 de noviembre de 2013

Somos una piña

No es extraño encontrarnos en casa a los cuatro abrazados, con los hocicos pegados. Sí, como suena.

Tú repartes mimos a todos, Tango incluido, y cuando nos vemos a uno de nosotros hacer lo propio, te acercas corriendo y te apuntas a la fiesta.

Es un reflejo de los fines de semana, y los ratitos a última hora de los fines de semana. Todos juntos, es más divertido.

Eso es muy bueno. Desde pequeño tienes la idea de que deberíamos estar todos juntos. Tango incluido, repito.

Ayer, cuando volvimos de paseo y de comer por ahí, Tango estaba como siempre esperándonos ansioso y, al verle, empezaste a reír y a darle abrazos.

Sólo te falta aprender que, en esos momentos de bienvenida a casa, Tango es un poquito peligroso.

¡¡Está loco!!

Papá



sábado, 23 de noviembre de 2013

La locura

Esto es ya un no parar.

Si estamos sentados, nos vienes a buscar, nos coges de la mano, y tiras para que acompañemos en tu paseo.

Pero lo mejor son las carreras de lado a lado de la casa haciendo equilibrios mientras te ríes como un loco.

Quizás mañana probemos a que te sueltes por la calle. Un parque, seguramente, pero lo que tenemos claro es que en Navidades en casa de tus abuelos, va a ser un no parar.

viernes, 22 de noviembre de 2013

Tango y tú

Tanto mamá como yo tenemos claro que vosotros, pareja, nos vais a hacer pasar momentos hilarantes cuando empecéis a jugar de tú a tú.

Tango te lleva esperando meses, pero sabe que tiene que ir con cuidado. Es muy bestia, pero tú poco a poco le vas controlando. Ya intentas tirarle cosas para que te las traiga, pero de momento no llegas suficientemente lejos como para motivarle.

Desde muy pequeño ya compartes tu comida con él desde la trona, y ahora él te empieza a traer sus juguetes para que se los tires.

Está muy emocionado de verte andar. Él te ladra, tu le llamas "eh!".

Tenemos pendiente que Tango disfrute de la nieve, y creo que ambos vais a hacerlo juntos por primera vez este invierno.

Sois muy divertidos y pasaréis muy buenos ratos juntos.

Y nosotros lo disfrutaremos en primera persona.

Papá.



jueves, 21 de noviembre de 2013

Nuestros primeros paseos

Ni frío, ni cruces, ni cuestas, ni hojas por el suelo...

La vuelta de la guardería por las tardes ya incluye un paseíto de la mano de papá sobre tus propias suelas.

Ayer la profe ya no te sacó en brazos cuando fui a buscarte. Y tu cara de felicidad era acorde a tal evento. Después de subir unas pocas escaleras, te dejé probar el asfalto de las proximidades, pero los pasos de cebra aún te llaman la atención y los conductores madrileños son somos demasiado impacientes para permitirte disfrutar a tu ritmo de ellos, así que en brazos de papá otra vez (la silla ya ni la llevo; no la quieres ni ver)

Una vez superado un tramo de aceras estrechas y demasiados bordillos, llegamos a nuestra calle: larga, recta, con árboles y hojas y entradas individuales a casas de los vecinos. Una gozada, a tu entender.

Te cuesta contener la emoción y te aceleras al tocar el suelo con tus pies. Pero vamos controlando el ritmo para ir sincronizados agarrados de una sola mano. A tu ritmo. Al igual que a Tango, te apetece parar en cada árbol, por motivos diferentes aunque semejantes (examinarlo todo, él con la nariz, tú acercas peligrosamente la mano a todo lo que ves), pero lo más divertido fue cuando nos ADELANTÓ una pareja de ancianos (el hombre iba con bastón y todo) y te empezaron a decir tonterías. Te entró la vergüenza y te escondiste entre mis piernas...

Por supuesto, al llegar a casa, te empeñaste en subir las escaleras andando. Una a una.

Hoy, más.

Papá

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Mejor todos juntos

Los fines de semana dan mucho de sí, y las rutinas y obligaciones paternas de los días laborables no te gustan nada.

Mamá no tiene tiempo de jugar contigo durante el día, y la esperas por la noche con mucha emoción.

Empiezas a acercarte a la puerta, como hace Tango, cuando va llegando la hora de que vuelva a casa y, aunque te estuvieses cayendo de sueño cinco minutos antes, lo primero que haces nada más verla es pedir que te baje al suelo, agarrarla de la mano y recorrer la casa corriendo y riendo arrastrándola sin tregua.

Si papá sale a sacar a Tango a dar una vuelta, también protestas, porque los momentos más divertidos los pasamos todos juntos y no quieres que falte nadie.

Así llevamos dos semanas que ya no te echas siestas al volver a casa, porque no te puedes perder ni un sólo minuto cuando estamos todos juntos.

Y yo te entiendo.

Papá



martes, 19 de noviembre de 2013

Malditos dientes

Ayer tuviste uno de esos días en los que tu propio crecimiento se vuelve contra ti.

Cada ciertas semanas, una o dos parejitas de pequeños dientes se empeñan en salir a la luz. Aparece tu carácter: estás cabreado con el mundo, te ríes menos, y estás más irascible. Reaccionas igual que tu padre cuando tiene un mal día.

Pegas manotazos y nos miras diciendo "¿Por qué me pasa esto y no lo solucionáis?", y por la noche gritas y protestas con rabia porque, mientras duermes, te vienen pinchazos que te hacen agitar la cabeza de lado a lado de la cama.

Todo el mundo dice que es una de las situaciones más dolorosas que vas a vivir en tu vida. Ya sabes lo que pienso de la sabiduría popular, pero ojalá sea así. Ojalá no te veas obligado a tomar más medicinas, a sufrir dolor físico irremediable (y del otro tampoco, pero eso depende aún de más cosas) y que seas capaz de pasar por este planeta sin demasiadas ayudas externas para tenerte en pie.

En casa no somos muy partidarios de las medicinas para pequeñas cosas, lo sabes, y, por nuestra propia experiencia, eso trae beneficios para cuando tengas la edad de tus carcas de padres.

Ahí tienes tu primer consejo.

Papá.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Llegó el gran día

Este fin de semana te has atrevido a soltar la mano.

Después de mucho practicar, ya casi sólo tocando la mano de papá o de mamá, ayer has decidido probar a avanzar sin contacto físico. Visual sí, claro.

Y ha sido una fiesta. Hasta que tus piernas no podían más no has dejado de practicar. Pero la risa, de nuevo, te desequilibra.

Me dicen los compañeros que lo vivieron antes que nosotros que ahora todo irá muy rápido. En pocos días tirarás millas por la calle sin querer que nadie te sujete.

Estoy dispuesto a correr detrás de ti todo lo que haga falta. No te preocupes. Tú vuela, que yo te cojo.


sábado, 16 de noviembre de 2013

La alegría de la huerta

Se te ve contento. Disfrutas mucho del fin de semana. Cuando estás con uno de los dos, y l otro aparece por la puerta, muestras tu sonrisa y se te hinchan los mofletes.

Hoy, con nuestras prácticas andarinas, no podías con tenerte y se te iban las fuerzas, la concentración y el equilibrio.

Primero, andando a una mano por toda la casa. Para adelante, para atrás, y vuelta otra vez. Cada vez que entrabas en la cocina donde estaba mamá lo hacías a carcajada limpia y cada vez andando mas rápido.

Y por la tarde, en tu habitación, con todos los trastos esparcidos por el suelo, Tango buscando sitio donde dormirse, y tú pasando de mamá a papá sin sujetar pero riéndote tanto que te lanzabas a los brazos dos pasos antes de llegar.

Poquito te falta. Ya no quieres montar en la silla, te cabreas y te bajas solo antes de que te aten, pero en el coche de papá no te queda otra.

Mañana más fiesta, que en la calle llueve y hace mucho frío.

Papá

jueves, 14 de noviembre de 2013

Despertares

Una de las cosas más divertidas de vivir contigo (y que más rabia da perderse los días de diario) es verte despertar por la mañana.

A no ser que hayas tenido una mala noche por los dientes o por el tapón de mocos, te despiertas contento y con energías, y te apetece reír y jugar.

Ya van varios días que no te has echado siesta cuando vuelves de la guardería, principalmente por tus ganas de andar de un lado para otro, colgado de mi, claro, y te acuestas antes de lo habitual.

Eso hace que te despiertes por la mañana un pelín antes, que coincide con el trajín de cuando me levanto, me ducho y saco al otro pequeñajo a dar una vuelta (a ése hay que convencerle para que abandone la cama a esas horas)

Para mí es una maravilla poder salir de casa a trabajar habiendo amanecido con tu sonrisa y alegría, y esos abracitos y mimos que das ahora, y que se echan de menos con tanto trabajo.

Pero ya es casi finde...

Papá

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Tus juguetes

Cada vez tienes más. Te encantan los coches, y últimamente, esconder cosas debajo del sofá.

Es impresionante cómo vas ganando habilidad para manejar los artilugios que semanas antes no te servían mas que para arrastrarlos y hacer ruido.

Empiezas a meter las figuras por el agujero con su forma, las bolas por el tobogán... Enciendes y apagas el sonido, pulsas botones, e incluso ya mueves las fichas por los alambres en ese juego del Ikea tan llamativo y sencillo.

Ver cómo evolucionas y aprendes es una  de las cosas más maravillosas que me ha pasado en la vida.

Papá

PD: Ayer no te escribí porque el trabajo no me dejo pasar mucho tiempo contigo.

lunes, 11 de noviembre de 2013

La hora del baño

Es una de esas rutinas bien establecidas que tanto bien te hacen.

Si a las siete y media no te has quedado dormido, subimos a la bañera. Tango nos acompaña y se queda en la puerta esperando.

Primero preparamos la bañera, calentando el agua y colocando todos tus juguetitos y el asiento para que no te escapes.

Después quitamos la ropa en tu habitación y vamos corriendo al agua.

Tenemos muchos juegos divertidos. Te gusta mucho que el pato o el pez se escondan y salgan de repente. También que papá muerda cosas y las escupa a la bañera.

Nos lo pasamos muy bien chapoteando.

Después secamos con toalla y un poco de secador, y a poner el pijama y a esperar a mamá.

Papá

domingo, 10 de noviembre de 2013

Monerías

Eres el más mono, por supuesto.

Hemos pasado el fin de semana fuera, aún celebrando tu cumpleaños, y te has quedado con toda la gente del restaurante.

Primero les observas mirándolos fijamente y, cuando te devuelven la mirada, te entra la vergüenza y te ríes y te escondes. Como ves que te siguen mirando, te asomas y te escondes riéndote. Siempre se cansan los demás antes que tú.

Esta noche has jugado a algo que te encanta: llevarme la contraria. Yo te digo sí, sí, sí y tu contestas no, no, no moviendo enérgicamente la cabeza.

Al final, te has despedido diciéndome adiós cuando mamá te subía escaleras arriba.

Aunque, en un primer momento, te has hecho un lío y te has despedido aplaudiendo.

Papá

viernes, 8 de noviembre de 2013

Primeros pasos

Aún no te atreves a andar solo. Creo que te falta poco. A veces, te quedas de pie sin agarrarte a ningún sitio, y creo que no te das cuenta.

Juego contigo a soltarte mientras andas, pero enseguida buscas mi mano. Con un poco más de confianza, empezarás a corretear por ahí.

Eso sí. Has cogido el vicio de subir las escaleras a gatas, y, cada vez que lo intentas, te digo que no lo hagas, subes un par de escalones y me miras para ver cuándo voy a buscarte. No ofreces resistencia. Según me ves llegar, te das la vuelta y levantas las manos, como un ladronzuelo de poca monta...



Para lo que se oye a otros padres, creo que controlas bastante bien. Te has pegado muy pocos cabezazos y casi nunca me levanto cuando te veo moverte por el salón. Sé que ya no te agarras al zapatero, y controlas muy bien las esquinas de los muebles.

Te enseñé a bajar del sofá de culo, aunque a veces no apuntas en la dirección correcta y te cabreas porque vas hacia atrás y no caes.

En el suelo eres más radical. Te dejas caer sobre tus posaderas sin contemplaciones. Supongo que el acolchado del pañal da confianza.

El andador ya lo manejas con una mano, y haces las curvas perfectamente. Incluso lo pilotas en dirección contraria.

Eso sí, te lo dejo aquí para cuando seas mayor: las jodidas musiquitas de todos los juguetes de plástico de colores que hacen ahora, levantan dolor de cabeza, sobretodo después de llegar del trabajo y haberse levantado a las seis y media.

Un apunte más. Cuando yo era joven, la puñeteras pilas no duraban tanto, joder.

Papá

jueves, 7 de noviembre de 2013

Infancia musical

Te gusta mucho la música, y no es de extrañar viendo en la casa en la que te estás criando.

Empiezas a bailar, meneas la cabeza, sigues el ritmo con las manos, aporreas el piano...

Pero lo que más disfrutas son los vídeos musicales. Desde muy pequeñito nos dimos cuenta y los usamos a la hora de la comida. Intentamos adivinar cuáles te gustarán más para ponértelas, y confieso que comienzo a intentar provocar un cambio en tus gustos. De momento "Thunderstruck" y "Panic Station" son un buen logro, y poco a poco podrás elegir entre un amplio abanico. De momento supongo que seremos de los visitantes mas frecuentes de "Scream & Shout" y la última de Loreen.

Dentro de poco papá te enseñará a tocar el piano y la guitarra y podrás disfrutar de la música desde el otro lado.

Un beso.

Papá

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Duermo cuando quiero

Si algo hemos aprendido a la hora de tratar contigo, es que sólo te dormirás si tú crees que es el momento de hacerlo.

Hoy estabas cansado, habías dormido poco a mediodía, y hemos dado un paseo después de salir de la guardería. Querías jugar, querías que yo jugase, pero tu cuerpo te pedía reposo y, como siempre, tú te cabreas con él y protestas.

Al final, cuando te he visto a punto de rendirste, te he cogido en brazos y has caído automáticamente.

Y después, la calma. Casi dos horas has estado durmiendo, hasta que el sonido de la puerta te ha dicho que mamá estaba en casa has vuelto a ganar la batalla al sueño.

Ahora ya estás de nuevo con mamá arriba, y de nuevo duermes como un angelito.

Hasta mañana.

Papá.

martes, 5 de noviembre de 2013

Cumpleaños (muy) feliz

Hoy me has vuelto a demostrar lo que todo el mundo dice ti: ¡qué simpático eres!
Me encanta cuando cantamos juntos y tú tarareas pegado a mi mejilla. Me fascina tu nueva habilidad de dar palmas que ejecutas con alegría. Me he reído cuando hemos conectado por skype con los abuelos pucelanos y has jugado al cucú-tas con ellos detrás del sofá.
Me vuelve cuando me recibes con una sonrisa al recogerte en la guarde.
Hoy el pediatra ha dicho que pesas diez kilos y medio y mides ochenta centímetros.
No he podido estar contigo el tiempo habitual, pero mañana, si hace sol, nos daremos un buen paseo después del cole.
Hasta mañana, terremoto.
Papá.

Feliz (primer) cumpleaños

Hola Marc.

Sé que tardarás en ser consciente de qué significa este regalo, el primer regalo de cumpleaños que te hago.

Espero que, cuando llegue ese día en que seas capaz de entender el por qué lo hice, me haya ganado tu confianza y cariño como para que seas capaz de decirme qué te parece.

A partir de hoy, día 5 de Noviembre de 2013, día de tu primer cumpleaños, tengo pensado contarte aquí cómo hemos pasado el día y qué hemos aprendido el uno del otro. Porque si algo me ha quedado claro en estos primeros 365 días, es que tú tienes mucho más que enseñarme que yo a ti.

Pues ya está, tu diario por encargo, comenzado.

Espero que lo pases bien en la fiesta de cumpleaños que te habrán organizado en la guarde, y nos vemos a las seis.

Como cada día, allí estaré, para pasar el resto del día contigo.

Papá.