miércoles, 6 de noviembre de 2013

Duermo cuando quiero

Si algo hemos aprendido a la hora de tratar contigo, es que sólo te dormirás si tú crees que es el momento de hacerlo.

Hoy estabas cansado, habías dormido poco a mediodía, y hemos dado un paseo después de salir de la guardería. Querías jugar, querías que yo jugase, pero tu cuerpo te pedía reposo y, como siempre, tú te cabreas con él y protestas.

Al final, cuando te he visto a punto de rendirste, te he cogido en brazos y has caído automáticamente.

Y después, la calma. Casi dos horas has estado durmiendo, hasta que el sonido de la puerta te ha dicho que mamá estaba en casa has vuelto a ganar la batalla al sueño.

Ahora ya estás de nuevo con mamá arriba, y de nuevo duermes como un angelito.

Hasta mañana.

Papá.