sábado, 16 de noviembre de 2013

La alegría de la huerta

Se te ve contento. Disfrutas mucho del fin de semana. Cuando estás con uno de los dos, y l otro aparece por la puerta, muestras tu sonrisa y se te hinchan los mofletes.

Hoy, con nuestras prácticas andarinas, no podías con tenerte y se te iban las fuerzas, la concentración y el equilibrio.

Primero, andando a una mano por toda la casa. Para adelante, para atrás, y vuelta otra vez. Cada vez que entrabas en la cocina donde estaba mamá lo hacías a carcajada limpia y cada vez andando mas rápido.

Y por la tarde, en tu habitación, con todos los trastos esparcidos por el suelo, Tango buscando sitio donde dormirse, y tú pasando de mamá a papá sin sujetar pero riéndote tanto que te lanzabas a los brazos dos pasos antes de llegar.

Poquito te falta. Ya no quieres montar en la silla, te cabreas y te bajas solo antes de que te aten, pero en el coche de papá no te queda otra.

Mañana más fiesta, que en la calle llueve y hace mucho frío.

Papá