lunes, 25 de noviembre de 2013

Somos una piña

No es extraño encontrarnos en casa a los cuatro abrazados, con los hocicos pegados. Sí, como suena.

Tú repartes mimos a todos, Tango incluido, y cuando nos vemos a uno de nosotros hacer lo propio, te acercas corriendo y te apuntas a la fiesta.

Es un reflejo de los fines de semana, y los ratitos a última hora de los fines de semana. Todos juntos, es más divertido.

Eso es muy bueno. Desde pequeño tienes la idea de que deberíamos estar todos juntos. Tango incluido, repito.

Ayer, cuando volvimos de paseo y de comer por ahí, Tango estaba como siempre esperándonos ansioso y, al verle, empezaste a reír y a darle abrazos.

Sólo te falta aprender que, en esos momentos de bienvenida a casa, Tango es un poquito peligroso.

¡¡Está loco!!

Papá