Hoy me has vuelto a demostrar lo que todo el mundo dice ti: ¡qué simpático eres!
Me encanta cuando cantamos juntos y tú tarareas pegado a mi mejilla. Me fascina tu nueva habilidad de dar palmas que ejecutas con alegría. Me he reído cuando hemos conectado por skype con los abuelos pucelanos y has jugado al cucú-tas con ellos detrás del sofá.
Me vuelve cuando me recibes con una sonrisa al recogerte en la guarde.
Hoy el pediatra ha dicho que pesas diez kilos y medio y mides ochenta centímetros.
No he podido estar contigo el tiempo habitual, pero mañana, si hace sol, nos daremos un buen paseo después del cole.
Hasta mañana, terremoto.
Papá.
Me encanta cuando cantamos juntos y tú tarareas pegado a mi mejilla. Me fascina tu nueva habilidad de dar palmas que ejecutas con alegría. Me he reído cuando hemos conectado por skype con los abuelos pucelanos y has jugado al cucú-tas con ellos detrás del sofá.
Me vuelve cuando me recibes con una sonrisa al recogerte en la guarde.
Hoy el pediatra ha dicho que pesas diez kilos y medio y mides ochenta centímetros.
No he podido estar contigo el tiempo habitual, pero mañana, si hace sol, nos daremos un buen paseo después del cole.
Hasta mañana, terremoto.
Papá.