viernes, 29 de noviembre de 2013

Tienes una cuna preciosa

Si yo te entiendo. Sé que cuando estás malito, se pasa mejor y se consigue dormir antes si están papá y/o mamá pegaditos a ti.

Además, la cama de papá y mamá es más grande, no llegas a los bordes, y cuando despiertas por la mañana juegas inmediatamente con nosotros.

Pero en serio, tienes una cuna preciosa, que ya la quisiera Tango para sí mismo (otro que parece que no tiene cama, porque no he visto yo a ningún perro con cama king size, manta, sábana y tres almohadas y se empeñe en subirse a la de los demás).

Esperemos que el temita de los dientes se vaya terminando y que no necesites beber agua cada 20 minutos entre las 3 y las 5 de la mañana en breve, porque el chupete sabes ponértelo sólo, si lo encuentras, y no lo has tirado a la otra punta de la habitación.

La nuestra es una cama de dos. La tuya de medio, como tú, así que utilízala, por favor.

Paso de hacer lo que tuvo que hacer este pobre hombre.

Papá

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Un viaje continuo

Muchos de nosotros, los que pronto llamarás "los mayores", aseguramos que el día que nos toque la lotería nos dedicaremos una temporada a viajar por el mundo. De manera continua.
Eso es lo que creo que tú estás viviendo ahora. Todos los días vives algo por primera vez. Todos los días ves algo que no habías visto antes. Oyes sonidos nuevos, pruebas nuevos sabores. ¡Lo tuyo si que es una verdadera aventura!
Y me consta que la estás disfrutando.
Tu cara de sorpresa cuando hacemos un juego nuevo que te gusta y cómo provocas para que lo repita es similar a la nuestra cuando vemos una maravilla de la naturaleza o, más rara vez, de la creación del hombre.
Y no te preocupes; ya hago yo las fotos de tu viaje por ti.
Papá.

martes, 26 de noviembre de 2013

Gracias por enseñarme a tener paciencia

Una de las cosas que más te sorprenderá del sitio donde vivimos, y de la manera en que lo hacemos, es que la gente tiene muy poca paciencia.

A mí también me sorprendió, hace un montón de años, cuando me vine a vivir aquí, pero al final acabas atrapado en esta manía y estilo de vida.

Tienes que desplazarte de punta a punta, en el trabajo te exigen el 100% de rendimiento, y cuando llegas a casa tienes mil cosas que hacer para poder vivir de una manera ordenada, y no agobiarte el fin de semana con todo lo pendiente. Y como ves a menudo, no lo conseguimos casi nunca.

Ahora contigo dedicamos el tiempo que sea necesario para hacer las cosas. No sirve de nada correr para darte de comer, para acostarte, para jugar... tú marcas el ritmo. Y lo haces con el único criterio que los demás deberíamos aplicar a nuestras actividades diarias: me apetece hacerlo así.

Cuando volvemos de la guardería y llegamos al comienzo de nuestra calle, te bajo al suelo. Agarrado a mi mano, vamos avanzando despacito calle abajo. Paramos de vez en cuando a mirar un árbol o una hoja en el suelo. A veces tropiezas y hay que levantarte. Ayer tiraste el cuento que te habían regalado porque ya no te apetecía cargar con él más tiempo, eso sí, según pasábamos un paso de cebra y nos esperaban los coches para continuar.

Las cosas llevan el tiempo que llevan, sobretodo si se hacen por gusto y no por obligación. Antes, caminaba por ahí para llegar a casa. Ahora, paseo contigo. Y no hay ninguna prisa.

Papá

lunes, 25 de noviembre de 2013

Somos una piña

No es extraño encontrarnos en casa a los cuatro abrazados, con los hocicos pegados. Sí, como suena.

Tú repartes mimos a todos, Tango incluido, y cuando nos vemos a uno de nosotros hacer lo propio, te acercas corriendo y te apuntas a la fiesta.

Es un reflejo de los fines de semana, y los ratitos a última hora de los fines de semana. Todos juntos, es más divertido.

Eso es muy bueno. Desde pequeño tienes la idea de que deberíamos estar todos juntos. Tango incluido, repito.

Ayer, cuando volvimos de paseo y de comer por ahí, Tango estaba como siempre esperándonos ansioso y, al verle, empezaste a reír y a darle abrazos.

Sólo te falta aprender que, en esos momentos de bienvenida a casa, Tango es un poquito peligroso.

¡¡Está loco!!

Papá



sábado, 23 de noviembre de 2013

La locura

Esto es ya un no parar.

Si estamos sentados, nos vienes a buscar, nos coges de la mano, y tiras para que acompañemos en tu paseo.

Pero lo mejor son las carreras de lado a lado de la casa haciendo equilibrios mientras te ríes como un loco.

Quizás mañana probemos a que te sueltes por la calle. Un parque, seguramente, pero lo que tenemos claro es que en Navidades en casa de tus abuelos, va a ser un no parar.

viernes, 22 de noviembre de 2013

Tango y tú

Tanto mamá como yo tenemos claro que vosotros, pareja, nos vais a hacer pasar momentos hilarantes cuando empecéis a jugar de tú a tú.

Tango te lleva esperando meses, pero sabe que tiene que ir con cuidado. Es muy bestia, pero tú poco a poco le vas controlando. Ya intentas tirarle cosas para que te las traiga, pero de momento no llegas suficientemente lejos como para motivarle.

Desde muy pequeño ya compartes tu comida con él desde la trona, y ahora él te empieza a traer sus juguetes para que se los tires.

Está muy emocionado de verte andar. Él te ladra, tu le llamas "eh!".

Tenemos pendiente que Tango disfrute de la nieve, y creo que ambos vais a hacerlo juntos por primera vez este invierno.

Sois muy divertidos y pasaréis muy buenos ratos juntos.

Y nosotros lo disfrutaremos en primera persona.

Papá.



jueves, 21 de noviembre de 2013

Nuestros primeros paseos

Ni frío, ni cruces, ni cuestas, ni hojas por el suelo...

La vuelta de la guardería por las tardes ya incluye un paseíto de la mano de papá sobre tus propias suelas.

Ayer la profe ya no te sacó en brazos cuando fui a buscarte. Y tu cara de felicidad era acorde a tal evento. Después de subir unas pocas escaleras, te dejé probar el asfalto de las proximidades, pero los pasos de cebra aún te llaman la atención y los conductores madrileños son somos demasiado impacientes para permitirte disfrutar a tu ritmo de ellos, así que en brazos de papá otra vez (la silla ya ni la llevo; no la quieres ni ver)

Una vez superado un tramo de aceras estrechas y demasiados bordillos, llegamos a nuestra calle: larga, recta, con árboles y hojas y entradas individuales a casas de los vecinos. Una gozada, a tu entender.

Te cuesta contener la emoción y te aceleras al tocar el suelo con tus pies. Pero vamos controlando el ritmo para ir sincronizados agarrados de una sola mano. A tu ritmo. Al igual que a Tango, te apetece parar en cada árbol, por motivos diferentes aunque semejantes (examinarlo todo, él con la nariz, tú acercas peligrosamente la mano a todo lo que ves), pero lo más divertido fue cuando nos ADELANTÓ una pareja de ancianos (el hombre iba con bastón y todo) y te empezaron a decir tonterías. Te entró la vergüenza y te escondiste entre mis piernas...

Por supuesto, al llegar a casa, te empeñaste en subir las escaleras andando. Una a una.

Hoy, más.

Papá

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Mejor todos juntos

Los fines de semana dan mucho de sí, y las rutinas y obligaciones paternas de los días laborables no te gustan nada.

Mamá no tiene tiempo de jugar contigo durante el día, y la esperas por la noche con mucha emoción.

Empiezas a acercarte a la puerta, como hace Tango, cuando va llegando la hora de que vuelva a casa y, aunque te estuvieses cayendo de sueño cinco minutos antes, lo primero que haces nada más verla es pedir que te baje al suelo, agarrarla de la mano y recorrer la casa corriendo y riendo arrastrándola sin tregua.

Si papá sale a sacar a Tango a dar una vuelta, también protestas, porque los momentos más divertidos los pasamos todos juntos y no quieres que falte nadie.

Así llevamos dos semanas que ya no te echas siestas al volver a casa, porque no te puedes perder ni un sólo minuto cuando estamos todos juntos.

Y yo te entiendo.

Papá



martes, 19 de noviembre de 2013

Malditos dientes

Ayer tuviste uno de esos días en los que tu propio crecimiento se vuelve contra ti.

Cada ciertas semanas, una o dos parejitas de pequeños dientes se empeñan en salir a la luz. Aparece tu carácter: estás cabreado con el mundo, te ríes menos, y estás más irascible. Reaccionas igual que tu padre cuando tiene un mal día.

Pegas manotazos y nos miras diciendo "¿Por qué me pasa esto y no lo solucionáis?", y por la noche gritas y protestas con rabia porque, mientras duermes, te vienen pinchazos que te hacen agitar la cabeza de lado a lado de la cama.

Todo el mundo dice que es una de las situaciones más dolorosas que vas a vivir en tu vida. Ya sabes lo que pienso de la sabiduría popular, pero ojalá sea así. Ojalá no te veas obligado a tomar más medicinas, a sufrir dolor físico irremediable (y del otro tampoco, pero eso depende aún de más cosas) y que seas capaz de pasar por este planeta sin demasiadas ayudas externas para tenerte en pie.

En casa no somos muy partidarios de las medicinas para pequeñas cosas, lo sabes, y, por nuestra propia experiencia, eso trae beneficios para cuando tengas la edad de tus carcas de padres.

Ahí tienes tu primer consejo.

Papá.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Llegó el gran día

Este fin de semana te has atrevido a soltar la mano.

Después de mucho practicar, ya casi sólo tocando la mano de papá o de mamá, ayer has decidido probar a avanzar sin contacto físico. Visual sí, claro.

Y ha sido una fiesta. Hasta que tus piernas no podían más no has dejado de practicar. Pero la risa, de nuevo, te desequilibra.

Me dicen los compañeros que lo vivieron antes que nosotros que ahora todo irá muy rápido. En pocos días tirarás millas por la calle sin querer que nadie te sujete.

Estoy dispuesto a correr detrás de ti todo lo que haga falta. No te preocupes. Tú vuela, que yo te cojo.


sábado, 16 de noviembre de 2013

La alegría de la huerta

Se te ve contento. Disfrutas mucho del fin de semana. Cuando estás con uno de los dos, y l otro aparece por la puerta, muestras tu sonrisa y se te hinchan los mofletes.

Hoy, con nuestras prácticas andarinas, no podías con tenerte y se te iban las fuerzas, la concentración y el equilibrio.

Primero, andando a una mano por toda la casa. Para adelante, para atrás, y vuelta otra vez. Cada vez que entrabas en la cocina donde estaba mamá lo hacías a carcajada limpia y cada vez andando mas rápido.

Y por la tarde, en tu habitación, con todos los trastos esparcidos por el suelo, Tango buscando sitio donde dormirse, y tú pasando de mamá a papá sin sujetar pero riéndote tanto que te lanzabas a los brazos dos pasos antes de llegar.

Poquito te falta. Ya no quieres montar en la silla, te cabreas y te bajas solo antes de que te aten, pero en el coche de papá no te queda otra.

Mañana más fiesta, que en la calle llueve y hace mucho frío.

Papá

jueves, 14 de noviembre de 2013

Despertares

Una de las cosas más divertidas de vivir contigo (y que más rabia da perderse los días de diario) es verte despertar por la mañana.

A no ser que hayas tenido una mala noche por los dientes o por el tapón de mocos, te despiertas contento y con energías, y te apetece reír y jugar.

Ya van varios días que no te has echado siesta cuando vuelves de la guardería, principalmente por tus ganas de andar de un lado para otro, colgado de mi, claro, y te acuestas antes de lo habitual.

Eso hace que te despiertes por la mañana un pelín antes, que coincide con el trajín de cuando me levanto, me ducho y saco al otro pequeñajo a dar una vuelta (a ése hay que convencerle para que abandone la cama a esas horas)

Para mí es una maravilla poder salir de casa a trabajar habiendo amanecido con tu sonrisa y alegría, y esos abracitos y mimos que das ahora, y que se echan de menos con tanto trabajo.

Pero ya es casi finde...

Papá

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Tus juguetes

Cada vez tienes más. Te encantan los coches, y últimamente, esconder cosas debajo del sofá.

Es impresionante cómo vas ganando habilidad para manejar los artilugios que semanas antes no te servían mas que para arrastrarlos y hacer ruido.

Empiezas a meter las figuras por el agujero con su forma, las bolas por el tobogán... Enciendes y apagas el sonido, pulsas botones, e incluso ya mueves las fichas por los alambres en ese juego del Ikea tan llamativo y sencillo.

Ver cómo evolucionas y aprendes es una  de las cosas más maravillosas que me ha pasado en la vida.

Papá

PD: Ayer no te escribí porque el trabajo no me dejo pasar mucho tiempo contigo.

lunes, 11 de noviembre de 2013

La hora del baño

Es una de esas rutinas bien establecidas que tanto bien te hacen.

Si a las siete y media no te has quedado dormido, subimos a la bañera. Tango nos acompaña y se queda en la puerta esperando.

Primero preparamos la bañera, calentando el agua y colocando todos tus juguetitos y el asiento para que no te escapes.

Después quitamos la ropa en tu habitación y vamos corriendo al agua.

Tenemos muchos juegos divertidos. Te gusta mucho que el pato o el pez se escondan y salgan de repente. También que papá muerda cosas y las escupa a la bañera.

Nos lo pasamos muy bien chapoteando.

Después secamos con toalla y un poco de secador, y a poner el pijama y a esperar a mamá.

Papá

domingo, 10 de noviembre de 2013

Monerías

Eres el más mono, por supuesto.

Hemos pasado el fin de semana fuera, aún celebrando tu cumpleaños, y te has quedado con toda la gente del restaurante.

Primero les observas mirándolos fijamente y, cuando te devuelven la mirada, te entra la vergüenza y te ríes y te escondes. Como ves que te siguen mirando, te asomas y te escondes riéndote. Siempre se cansan los demás antes que tú.

Esta noche has jugado a algo que te encanta: llevarme la contraria. Yo te digo sí, sí, sí y tu contestas no, no, no moviendo enérgicamente la cabeza.

Al final, te has despedido diciéndome adiós cuando mamá te subía escaleras arriba.

Aunque, en un primer momento, te has hecho un lío y te has despedido aplaudiendo.

Papá

viernes, 8 de noviembre de 2013

Primeros pasos

Aún no te atreves a andar solo. Creo que te falta poco. A veces, te quedas de pie sin agarrarte a ningún sitio, y creo que no te das cuenta.

Juego contigo a soltarte mientras andas, pero enseguida buscas mi mano. Con un poco más de confianza, empezarás a corretear por ahí.

Eso sí. Has cogido el vicio de subir las escaleras a gatas, y, cada vez que lo intentas, te digo que no lo hagas, subes un par de escalones y me miras para ver cuándo voy a buscarte. No ofreces resistencia. Según me ves llegar, te das la vuelta y levantas las manos, como un ladronzuelo de poca monta...



Para lo que se oye a otros padres, creo que controlas bastante bien. Te has pegado muy pocos cabezazos y casi nunca me levanto cuando te veo moverte por el salón. Sé que ya no te agarras al zapatero, y controlas muy bien las esquinas de los muebles.

Te enseñé a bajar del sofá de culo, aunque a veces no apuntas en la dirección correcta y te cabreas porque vas hacia atrás y no caes.

En el suelo eres más radical. Te dejas caer sobre tus posaderas sin contemplaciones. Supongo que el acolchado del pañal da confianza.

El andador ya lo manejas con una mano, y haces las curvas perfectamente. Incluso lo pilotas en dirección contraria.

Eso sí, te lo dejo aquí para cuando seas mayor: las jodidas musiquitas de todos los juguetes de plástico de colores que hacen ahora, levantan dolor de cabeza, sobretodo después de llegar del trabajo y haberse levantado a las seis y media.

Un apunte más. Cuando yo era joven, la puñeteras pilas no duraban tanto, joder.

Papá

jueves, 7 de noviembre de 2013

Infancia musical

Te gusta mucho la música, y no es de extrañar viendo en la casa en la que te estás criando.

Empiezas a bailar, meneas la cabeza, sigues el ritmo con las manos, aporreas el piano...

Pero lo que más disfrutas son los vídeos musicales. Desde muy pequeñito nos dimos cuenta y los usamos a la hora de la comida. Intentamos adivinar cuáles te gustarán más para ponértelas, y confieso que comienzo a intentar provocar un cambio en tus gustos. De momento "Thunderstruck" y "Panic Station" son un buen logro, y poco a poco podrás elegir entre un amplio abanico. De momento supongo que seremos de los visitantes mas frecuentes de "Scream & Shout" y la última de Loreen.

Dentro de poco papá te enseñará a tocar el piano y la guitarra y podrás disfrutar de la música desde el otro lado.

Un beso.

Papá

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Duermo cuando quiero

Si algo hemos aprendido a la hora de tratar contigo, es que sólo te dormirás si tú crees que es el momento de hacerlo.

Hoy estabas cansado, habías dormido poco a mediodía, y hemos dado un paseo después de salir de la guardería. Querías jugar, querías que yo jugase, pero tu cuerpo te pedía reposo y, como siempre, tú te cabreas con él y protestas.

Al final, cuando te he visto a punto de rendirste, te he cogido en brazos y has caído automáticamente.

Y después, la calma. Casi dos horas has estado durmiendo, hasta que el sonido de la puerta te ha dicho que mamá estaba en casa has vuelto a ganar la batalla al sueño.

Ahora ya estás de nuevo con mamá arriba, y de nuevo duermes como un angelito.

Hasta mañana.

Papá.

martes, 5 de noviembre de 2013

Cumpleaños (muy) feliz

Hoy me has vuelto a demostrar lo que todo el mundo dice ti: ¡qué simpático eres!
Me encanta cuando cantamos juntos y tú tarareas pegado a mi mejilla. Me fascina tu nueva habilidad de dar palmas que ejecutas con alegría. Me he reído cuando hemos conectado por skype con los abuelos pucelanos y has jugado al cucú-tas con ellos detrás del sofá.
Me vuelve cuando me recibes con una sonrisa al recogerte en la guarde.
Hoy el pediatra ha dicho que pesas diez kilos y medio y mides ochenta centímetros.
No he podido estar contigo el tiempo habitual, pero mañana, si hace sol, nos daremos un buen paseo después del cole.
Hasta mañana, terremoto.
Papá.

Feliz (primer) cumpleaños

Hola Marc.

Sé que tardarás en ser consciente de qué significa este regalo, el primer regalo de cumpleaños que te hago.

Espero que, cuando llegue ese día en que seas capaz de entender el por qué lo hice, me haya ganado tu confianza y cariño como para que seas capaz de decirme qué te parece.

A partir de hoy, día 5 de Noviembre de 2013, día de tu primer cumpleaños, tengo pensado contarte aquí cómo hemos pasado el día y qué hemos aprendido el uno del otro. Porque si algo me ha quedado claro en estos primeros 365 días, es que tú tienes mucho más que enseñarme que yo a ti.

Pues ya está, tu diario por encargo, comenzado.

Espero que lo pases bien en la fiesta de cumpleaños que te habrán organizado en la guarde, y nos vemos a las seis.

Como cada día, allí estaré, para pasar el resto del día contigo.

Papá.