martes, 3 de diciembre de 2013

Manipulación

Ya empiezas a dar señales de intento de manipulación. Como hemos estado muy pendientes de ti en tus primeros pasos y en la pesadilla de los dientes, ahora sabes que ponerte a llorar o protestar significa que vamos a tu rescate.

Pero cuando lloras de mentira, no resultas convincente.

Te caes de culo en medio del salón y no te da la gana gatear hasta la pared para levantarte solo. Nos miras, y protestas. Como no te hacemos caso, empiezas a mover las manos alrededor de la cabeza. Pero eso que haces parecido a llorar no te termina de salir muy bien.

La prueba está en que te hacemos alguna tontería y te ríes.

Es más. Si quieres hacer algo y te decimos que no "n" veces (las que haga falta, te aviso, es una casa de cabezotas), utilizas el mismo método.

Mamá y yo vamos a intentar que no llegues a protagonizar una de esas rabietas de supermercado que tanto se ven, pero bueno, estamos empezando.

Cuando seas mayor y leas esto entenderás el proceso por el que vamos a pasar para que no te salgas con la tuya. Cuando no tienes razón, claro está.



Te reirás, espero.

Papá