Bueno. Tanta actividad casi no me ha dejado ni fuerzas ni tiempo para escribir.
Hemos pasado una semana donde los abuelos de pucela y ha sido un no parar.
Ya no sólo andas con soltura, si no que te pones de pie tu solo aun apoyarte en ningún lado. Hablas sin parar cuando estás contento y cualquier cosa te sirve para hacer de teléfono y llamar a la yaya a gritos.
Cuando tienes sueño por la noche y cuando tienes hambre durante el día, nos agarras de la mano a uno de los dos y nos llevas hasta tu trona.
Bailas solo con la música de tus juguetes, te agarras a mi pierna cuando ves que voy a salir a la calle para que te lleve, encajas las piezas en su sitio en los juguetes, empiezas a comer solo con tu cuchara... y por todo esto a la vuelta de las vacaciones subes de curso.
Hoy ya has visto tu primera película de dibujos animados sentado con nosotros, un buen trozo.
El tiempo pasa demasiado rápido, y tu creces mucho. Ya tienes triciclo y moto, y das patadas a un balón....
Dentro de unos días visitaremos a la yaya de la playa, y los cambios volverán a afectarte, pero lo pasaremos bien y veremos el mar, y te explicaré cosas que la última vez no pude.
Papá