martes, 4 de marzo de 2014

Tigretón bailongo, peonza cabezón.

Hemos pasado tu primer carnaval. Contra tu voluntad, por supuesto, te tocó ir el pasado viernes disfrazado de tigre a la guardería, dentro de la temática circense que nos indicaron.

La parte que menos te gustó fue la capucha con forma de cabeza de tigre, pero al final toleraste el traje.

Tranquilo, hasta el próximo año no te vuelve a tocar. A no ser que se empeñen mucho con lo de Halloween...

Esta semana has descubierto una nueva forma de bailar. Dar vueltas sobre ti mismo mientras suena la música. Te divierte mucho, te ríes, y todavía no eres consciente de los efectos secundarios. Ya estamos nosotros pendientes de apartar los obstáculos que tú mismo esparces por todo el salón...

Y tu última nueva "habilidad" está relacionada con tus rabietas, que van ganando en intensidad y frecuencia. Lo cuento aquí porque sé que es algo pasajero, y te gustará verlo cuando seas mayor. Te cabreas en seguida cuando se te lleva la contraria, ya seamos uno de nosotros, la fuerza de tus músculos cuando te empeñas en levantar algo o las propias leyes físicas que impiden que algo de mayor volumen entre dentro de algo menor. Lo que no mola nada Marc es que pegues cabezazos contra el suelo cuando te cabreas.

Repito. Sé que se te pasará. Pero no mola.

Papá