martes, 4 de febrero de 2014

Tropezones

Las carreras y la emoción de última hora de la tarde a veces se convierten en peligrosos. El salón, cuando tú no estás, tiene un rincón dedicado a todos tus juguetes (y aquello que lo es pero lo has convertido en juguete), que son muchos. La otra mitad está en tu habitación.

Pero cuando tú andas por aquí, esos juguetes pueden estar debajo del sofá, detrás de la tele, junto a la puerta de entrada...

Por esta razón, el pasado viernes, esa mesa que está en tu rincón y donde a veces lees tus cuentos, se interpuso en tu camino. En realidad fue uno de tus juguetes que te hizo la zancadilla mientras intentabas alcanzar algo de la mesa, y acabó siendo tu ojo izquierdo el que más cerca estuvo de tocarlo.

Ahora pareces un boxeador con el ojo morado. Ya eres el más chungo de la guarde. Cuidadito conmigo.

Papá.